miércoles, 23 de septiembre de 2009

Estrella doble, de Robert A. Heinlein

Ya terminé ayer, en el autobús de vuelta de la residencia geriátrica donde está ingresada mi madre, la novela Estrella doble de Heinlein.

Como ya la había leído hace muchos años, y es posible que un par de veces, no sé si el desarrollo argumental ya me sonaba por eso o es una novela llena de topicazos, tanto provenientes del mundillo de la ciencia ficción como de la literatura/cine en general.

¿Por qué añado lo del cine? Pues porque el personaje del político en la novela de Heinlein me recordaba inevitablemente a un personaje interpretado por Spencer Tracy en una película en la que hacía de alcalde, dirigida por John Ford El último hurra Lo malo es que la película se estrena en 1958, la novela original es de 1956 y la publicación de Heinlein es de 1955, dándole el premio Hugo en 1956.

La relación de los subalternos del político en la película de John Ford es identica a la relación de los subalternos del político en la novela de Heinlein, con la diferencia de que el político en el caso de Heinlein es un actor que interpreta al personaje por los motivos que se explican en la novela. Eso es algo que llama poderosamente la atención. ¿Se trata de un tópico literario/cinematográfico? Pues creo que sí, porque si empezamos a buscar en novelas y películas anteriores se encontrará en muchas de ellas: la adoración de los subalternos al político, al Jefe (como le llaman) es frecuente.

Otro tópico: la relación entre una de las subalternas y el personaje principal. Al principio le odia y luego pasa a estar rendidamente enamorada de él. ¿Cuantas veces hemos leído/visto algo semejante? Parece que no tiene demasiada profundidad temática. Mas tópicos: la honesta camaradería entre los hombres del espacio, los astronautas.

En Estrella doble Heinlein no pone demasiadas de sus opiniones políticas, pero empieza ya a apuntar maneras de lo que se convertiría en uno de sus mayores temas en las novelas de su última época. Pero en esta novela está muy contenido. Quizás porque se publicó primero en revista, en tres partes, y luego se publicó en libro. Y en las revistas no se podía pasar uno del espacio que le permitían...

¿Pero tiene esta novela algo bueno? Pues sí: la facilidad narrativa de Heinlein, su forma de integrar narración (en primera persona en este caso) y dialogos, temas de ciencia ficción, etc. Es interesante como describe la sociedad de los marcianos, aunque lo haga muy someramente. Los marcianos no son malos, sino diferentes.

Tambien es interesante que la "política" del partido político del protagonista quiere integrar a las diferentes razas extraterrestres en el Imperio, con representación en la Asamblea Legislativa. No los quiere conquistar a base de bombas.

Pero de todas formas, habría que investigar que novelas de SF se publicaron en 1955 para comprobar si de verdad esta fue la mejor novela de ese año y merecedora del Hugo en 1956.

Algunas ilustraciones de las cubiertas de esta novela en edición española:

La cubierta en la colección Nebulae, de EDHASA, bajo el título de Intriga estelar en 1957:



La cubierta de la edición de Cenit, en 1963:



Y la cubierta de la edición de Superficción, de Martinez Roca, en 1987:



Valoración final: ¿merece la pena leer esta novela? Pues sí, se lee en un momento, es cortita con solo 200 páginas (lo que ya es un valor en sí mismo) y, ¡que demonios, es Heinlein y con Heinlein no soy objetivo! :-)

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